Declaración de Misión
Nuestra misión es rescatar personas del dolor causado por problemas como la violencia doméstica, las adicciones, problemas emocionales, padres con problemas con sus hijos, matrimonios rotos, etc., por medio de la educación y la participación de un proceso de superación personal hasta convertirlos en líderes de nuestra comunidad por medio de grupos de apoyo.
Declaración de Visión
Ofrecer a las familias de nuestra comunidad herramientas que les permitan mejorar su calidad de vida tanto emocional como relacional.
La Historia de PLATA
Plata inició cómo un esfuerzo por ayudar a tres personas a través de un grupo de apoyo. Uno de ellos era adicto a la cocaína, el otro estaba separado de su esposa por problemas de violencia y el tercero era un “bebedor social”.
Además, tenía dos divorcios y acababa de perder una tercera relación sentimental. El cuarto participante fue un servidor que era quien estaba tratando de ayudarlos con sus problemas. Decidimos reunirnos cada viernes en el porche de mi casa y platicar de cómo iba cada uno con sus problemas. Estas reuniones se prolongaron por cerca de tres años de vez en cuando invitábamos a otras personas con problemas, pero los únicos que perseveramos éramos nosotros cuatro. Durante ese tiempo el hombre que tenía problemas con la cocaína abandonó ese hábito e inició una relación más cercana con Dios. El que estaba separado de su esposa se reconcilio, aprendieron a vivir sin violencia y a vivir en armonía. El tercero abandono el alcohol, conoció una chica y se casaron y ella se unió a nuestro grupo, siendo ella la primera mujer que fue parte de este programa.
Los cinco seguimos reuniéndonos fielmente cada viernes y poco a poco se fueron uniendo al grupo otros hombre y mujeres. Un día decidimos separar a los hombres de las mujeres y hacer dos grupos. Una mujer se entreno para ser la facilitadora de las mujeres y así iniciamos la multiplicación de grupos. Con el tiempo otras personas fueron entrenadas para ser facilitadores y cuando hubo la necesidad empezamos a dar a luz a nuevos grupos para responder a diferentes necesidades como adicciones, violencia doméstica, y solución de conflictos.
El entrenamiento ha sido parte fundamental de este programa, desde un principio se le ha ofrecido a los participantes que el que quiera entrenarse para ser facilitador tome el entrenamiento. Al inicio de nuevos grupos, cada facilitador tenia la responsabilidad de preparar la enseñanza con la ayuda del entrenador, y además tenia que preparar las preguntas para conducir el grupo. El entrenador se dio a la tarea de escribir manuales para cada grupo y así nació el estilo de grupos que tenemos ahora, que es una combinación de enseñanza y preguntas de proceso. En el presente, el programa cuenta con ocho grupos, y cada grupo tiene su manual.
El ultimo cambio significativo ha sido el inicio de módulos de diez semanas ya que los manuales todos están diseñados con diez clases, una para cada semana. Sin embargo, cada grupo iniciaba en diferente tiempo y terminaban en fecha diferente.
Después decidimos poner una fecha para dar inicio a todos los grupos, así todos los grupos iniciamos a la misma vez y concluimos al mismo tiempo. Este formato nos da la oportunidad de hacer una fiesta de clausura y luego tomar una semana de descanso para reiniciar otro nuevo ciclo. Originalmente los grupos eran abiertos, donde en cualquier tiempo podía entrar y salir personas, hoy los grupos son cerrados, una vez iniciados ya nadie puede entrar al grupo. Las personas que llaman buscando ayuda se ponen en una lista de espera y se les avisa cuando será el inicio del nuevo ciclo del grupo. O se les da la oportunidad de participar del único grupo que será abierto que es madurez emocional, allí si podrán entrar nuevos participantes.
Si has llegado hasta aquí en la lectura es porque te interesa nuestra historia y tal vez te interesa participar en uno de nuestros módulos de grupos. Para registrarte usa el siguiente enlace: